Las luxaciones de tobillo son muy comunes y, aunque no debería ser causa de preocupación, existe la posibilidad de que se produzcan daños neurovasculares asociados (daños en los principales vasos sanguíneos). Debido a las posibles consecuencias a largo plazo, es importante que lo vea un médico. En este artículo hablamos de cómo tratamos las luxaciones de tobillo a domicilio.
¿Qué es una luxación de tobillo?
Un ejemplo de articulación dislocada es un escenario en el que los huesos que se unen para formar una articulación ya no mantienen su contacto habitual entre sí. En el tobillo, esto indica que la tibia y el astrágalo han perdido su conexión anatómica natural y ya no están en una posición estable.
La dislocación del tobillo suele estar relacionada con las fracturas de las extremidades distales de la tibia y el peroné (conocidas como maléolos) junto con la lesión de los ligamentos que sostienen la articulación del tobillo, que es la complicación más común. Las lesiones aisladas de los ligamentos, que se producen con menos frecuencia, pueden dar lugar a una luxación.
¿En qué circunstancias se debe buscar atención médica en caso de una luxación de tobillo?
El objetivo del tratamiento de urgencia para una luxación de tobillo, una vez realizado el primer examen por nuestro médico de cabecera, es disminuir la gravedad de la lesión y recolocar los huesos lo más cerca posible de su posición anatómica natural. Con una leve tracción, los huesos suelen volver a su posición original. A veces es necesario suministrar medicamentos al paciente para sedarlo y dejar que los músculos circundantes se relajen.
En cuanto haya indicios de que el suministro de sangre y nervios al pie está en peligro, o cuando la piel esté tensa y estirada, es posible que sea necesario realizar esfuerzos para reducir la articulación del tobillo incluso antes de poder obtener una radiografía para mantener la función de los nervios y los vasos sanguíneos.
El suministro de sangre y nervios al pie se vuelve a comprobar una vez que se han aliviado las molestias del tobillo, y se aplica una férula temporal de yeso o fibra de vidrio para mantener el pie estable.
Puede ser necesaria una consulta ortopédica o podológica de inmediato, sobre todo si hay alguna fractura inestable, si hay alguna lesión nerviosa o arterial, o si el tobillo no puede reducirse y se requiere una cirugía de urgencia.
Aunque es posible reducir la gravedad de una luxación de tobillo, a menudo es necesario operar para fijar los componentes que se han lesionado. La decisión de si la cirugía es necesaria o no, así como el tipo de cirugía que puede ser necesaria, se toma de forma individual para cada paciente y su condición.
Asistencia médica a domicilio para la luxación de tobillo en Manilva
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