La pérdida de audición suele ser un proceso gradual, por lo que las posibilidades de que se dé cuenta de que la está desarrollando no son muy altas. Por eso, aunque crea que no tiene ningún problema, debería hacerse una prueba de audición cuando su médico se lo sugiera. Una prueba de audición una vez al año le ayudará a hacer un seguimiento de la evolución de su audición y a realizar los cambios necesarios. En este artículo, le mostramos los beneficios de la prueba de audición y cuándo debería ponerse en contacto con nuestro otorrinolaringólogo.
Es importante detectar las dificultades auditivas lo antes posible. En niños, los problemas de audición pueden tener un efecto sobre su habla, el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales. El tratamiento será más eficaz si los problemas se detectan y se abordan en una fase temprana. Muchas personas verán resueltos sus problemas de audición gracias al tratamientos que desconocían.
Si quiere beneficiarse de todo esto y deshacerse de los interminables problemas de audición, póngase en contacto con nuestro otorrinolaringólogo.
Si un adulto puede oír sonidos entre 0 y 25 decibelios en todo el espectro de frecuencias, se considera que tiene una capacidad auditiva normal. En caso de los niños la capacidad auditiva normal está entre 0 y 15 dB en todo el espectro de frecuencias.
La pérdida auditiva se desglosa de la siguiente manera:
Las pruebas de audición deben hacerse al menos una vez al año. Debería hacerse una prueba lo antes posible sobre todo si no oye los ruidos fuertes, la música alta (tanto en vivo como grabada), si tiene demasiada cera en el oído o se dan problemas de audición en la familia. Póngase en contacto con nuestro otorrinolaringólogo con el fin de obtener el examen más preciso y prevenir otros problemas.