Seguramente habrás notado el enorme énfasis mediático sobre quemaduras solares y cómo evitarlas. Y no es para menos, pues el cáncer de piel es una de los tipos más frecuentes de cáncer. Aquí abordamos los peligros de las quemaduras solares y cuándo contactar a nuestro médico a domicilio.
Cuando te expones a la radiación ultravioleta (UV) del sol, corres el riesgo de sufrir una molesta quemadura solar. La melanina, ese maravilloso pigmento que nos proporciona ese tono dorado en la piel, se produce naturalmente en nuestro organismo como un mecanismo de defensa contra los dañinos rayos UV que atacan nuestras células cutáneas. Sin embargo, la cantidad de melanina que nuestro cuerpo es capaz de generar está determinada por nuestros genes, y para algunas personas, esta cantidad no es suficiente para mantener la salud y protección de su piel. Por lo tanto, la piel puede sufrir quemaduras cuando se expone a una cantidad excesiva de radiación UV. Después de aproximadamente cuatro horas al sol, comenzarás a notar esa irritación y enrojecimiento cutáneo, un claro indicio de que tu piel está haciendo lo imposible por reparar los daños sufridos.
La duración de una quemadura solar es proporcional a la gravedad de la misma:
Es posible que te preguntes qué tipo de daño puede causar una quemadura solar. La respuesta es contundente: mucho. Incluso una sola quemadura solar puede aumentar significativamente la probabilidad de desarrollar cáncer de piel. Sin embargo, no es la quemadura en sí la que incrementa el riesgo, sino más bien el tiempo prolongado bajo el sol asociado a dicha quemadura.
La descamación de la piel afectada por quemaduras solares es un fenómeno habitual. Este proceso es el mecanismo mediante el cual nuestro cuerpo elimina células con predisposición a convertirse en tumores cancerosos. Cuando las capas más profundas de nuestra piel absorben la radiación ultravioleta (UV) proveniente del sol, el material genético de nuestras células cutáneas puede sufrir daños. Esta es la raíz del mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Todos somos susceptibles al daño solar, pero el riesgo aumenta si:
Existen formas de proteger la piel del sol. Sigue estos consejos para reducir el daño cutáneo y el riesgo de cáncer:
Si presentas fiebre, escalofríos o malestar estomacal como resultado de tu quemadura solar, llama de inmediato a nuestro médico a domicilio para las quemaduras solares. Estos síntomas podrían indicar una afección más grave, como insolación o deshidratación severa.