La agonía de volver a tener herpes labial después de haberlo tratado con diligencia y haberle devuelto la salud es algo que muchos han experimentado. La pregunta es, ¿por qué ocurre? A continuación, analizaremos la causa del herpes labial recurrente, ofreceremos algunos consejos sobre cómo evitar el contagio del virus y cuándo llamar a nuestro médico de cabecera.
Muchas personas infectadas por el virus del herpes labial no muestran síntomas, lo que dificulta el tratamiento del herpes labial. Además, incluso si no muestra los síntomas clásicos de ampollas que rezuman y hormigueo, sus fluidos corporales infectados pueden transmitir el herpes labial a otros.
Tanto si presenta síntomas como si no, contraer el virus del herpes labial puede suponer un largo calvario. El virus del herpes simple que causa el herpes labial, el VHS-1 o el VHS-2, puede permanecer latente en sus células y desencadenarse por una serie de factores una vez que se ha infectado. Dado que el virus latente vive en las células nerviosas de la piel, es habitual que el herpes labial reaparezca en el mismo lugar de los brotes anteriores cuando se desencadena. Debido a este fenómeno, muchas personas tienen herpes labial recurrente que aparece en el mismo lugar.
Tras un brote inicial de herpes labial, el virus del herpes simple puede activarse por diversos factores, entre ellos un estímulo que induzca el herpes labial. Esto puede ser:
El herpes labial recurrente tiene su lado positivo. El primer brote de herpes labial suele ser el peor, ya que provoca dolores de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos y llagas en los labios y la boca. Pero los brotes recurrentes de herpes labial suelen ser menos graves, con sólo llagas en los labios. Por tanto, aunque el herpes labial puede aparecer en el mismo lugar, los síntomas pueden ser menos graves.
Aunque el primer brote sea el peor, los herpes labiales recurrentes pueden ser molestos y dolorosos. Puede evitar su contagio a otras partes del cuerpo y a otras personas tomando unas sencillas medidas:
Se recomienda que llame a nuestro médico de cabecera si está experimentando síntomas más graves o si tiene un sistema inmunológico comprometido. Por ejemplo, si tiene el VIH o si está en tratamiento para el cáncer.
Además de esto, debería considerar llamarnos si: