El golpe de calor es una emergencia médica que puede afectar a personas de todas las edades, pero con una adecuada comprensión y prevención, podemos mantenernos a salvo. Con el aumento de las temperaturas, hemos creído importante hablar hoy de los riesgos asociados, las medidas preventivas y cuándo es necesario llamar a nuestro médico de cabecera a domicilio para recibir atención adecuada.
El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta debido a la incapacidad de regular la temperatura interna, lo que lleva a una elevación peligrosa de la temperatura corporal. Esta condición puede presentarse en climas extremadamente calurosos o en situaciones de alta humedad donde la transpiración no es suficiente para enfriar el cuerpo.
Los grupos de mayor riesgo son los bebés, niños pequeños, personas mayores y aquellos que trabajan o realizan actividades físicas al aire libre bajo altas temperaturas. Los riesgos del golpe de calor incluyen:
Deshidratación: Con el aumento de la temperatura, el cuerpo pierde líquidos a través del sudor, lo que puede llevar a una deshidratación severa si no se repone adecuadamente.
Insolación: El golpe de calor puede provocar insolación, lo que afecta al sistema nervioso central y puede llevar a síntomas graves como confusión, convulsiones y pérdida del conocimiento.
Daño orgánico: La elevación extrema de la temperatura corporal puede causar daño a los órganos vitales, como el corazón, los riñones y el cerebro.
Complicaciones de salud preexistentes: Aquellos con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o renales tienen un mayor riesgo de complicaciones por golpe de calor.
La buena noticia es que podemos tomar medidas para prevenir el golpe de calor y mantenernos seguros durante los días calurosos:
Hidratación adecuada: Beber suficiente agua durante todo el día es esencial para mantener una temperatura corporal adecuada y evitar la deshidratación. Evitar bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que pueden contribuir a la pérdida de líquidos.
Vestimenta y protección: Usar ropa ligera, de colores claros y de telas transpirables puede ayudar a mantener el cuerpo fresco. No olvides usar sombrero y protector solar al exponerte al sol.
Evitar actividades al aire libre en horas de calor extremo: Si es posible, planificar las actividades físicas para las primeras horas de la mañana o las últimas horas de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas.
Mantenerse en lugares frescos: Si no tienes aire acondicionado en casa, busca refugio en centros comerciales, bibliotecas o instalaciones públicas refrigeradas.
Refrescarse con agua: Tomar duchas o baños frescos, o utilizar paños húmedos, puede ayudar a reducir la temperatura corporal.
No dejar a nadie en el interior de vehículos cerrados: Incluso con las ventanas entreabiertas, la temperatura dentro de un vehículo puede elevarse peligrosamente en minutos.
A pesar de tomar todas las precauciones, a veces el golpe de calor puede ocurrir. Es importante estar atentos a los síntomas y actuar rápidamente para obtener ayuda médica. Llame a nuestro médico de cabecera a domicilio si experimentamos:
Síntomas de insolación: Confusión, delirio, mareos, convulsiones, náuseas, vómitos o pérdida del conocimiento.
Fiebre elevada: Una temperatura corporal de 40 °C o más, acompañada de piel enrojecida y caliente.
Dolor de cabeza intenso: En especial, si no mejora con analgésicos comunes y se presenta junto a otros síntomas.
Dificultad para respirar: Respiración rápida o dificultosa que no mejora con el reposo.
Piel seca y enrojecida: Ausencia de sudoración, a pesar del calor.
Recuerda, el golpe de calor es una emergencia médica, y cuanto antes se reciba atención, mayores serán las posibilidades de una recuperación completa.
En Helicopteros Sanitarios velamos por la salud y bienestar de nuestra comunidad. Esperamos que este artículo te haya proporcionado información valiosa sobre los riesgos del golpe de calor y cómo prevenirlo. ¡Disfruta de los días calurosos de manera segura y responsable!